La  distancia.

Alimenta la memoria
Despertar de un  sueño
Vierte dentro,
El torrente antiguo  del  cedrón.
La música tiembla
Bajo la piel de las manos
Los alfileres de amor
Se hinchan todos en torno
Al corazón de la mujer que somos.
La sangre es agua que trafica su trasnochado  vuelo.
Días fluviales
Traen barcos amarillos en la distancia
Delgada como un fideo chino.
Gloria inmarcesible de vivir un encuentro
Estirando el  alma como una cuerda de guitarra
Pulsada por el pico indefinible de los canarios
Y rozando el  borde de tu nombre
Desde lo helenístico de toda naturaleza pensante.
Puedo hacer ver el rostro con los resplandores siderales
Como una plataforma lunar
Que tiene el viaje al universo.
Toda mujer vive y muere por  sus sueños.
Quien pensaría que el  sueño  tiene nombre de mujer
De tierra verde en el  pienso y una pradera infinita
Donde rumiantes sagrados
Se ríen con el hocico  vulcanizado de sombras
El  viaje infinito de las verticales y  horizontales del corazón un nombre presente
Es la nube que inicia la primera gota.
El correo electrónico de la felicidad que leo descubriendo en cada línea el interior que ha llorado
Garza extraviada
Gimiendo en mis sueños con el  arte de saber amar.
inundación de agua fresca que refresca la isla de las ventanas
y el fuego.
Patrizio.